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Exposición permanente

Recorra vitualmente la  Exhibición permanente "Desde el poblamiento hasta nuestros días"  que abarcan diversos aspectos de la biodiversidad del litoral desértico y la cultura e historia de los habitantes de Antofagasta, desde la prehistoria hasta nuestros días; reconociendo los principales hitos del pasado natural, económico, social y cultural de la zona costera de Antofagasta, enfatizando de modo significativo el surgimiento y devenir de la ciudad, destacando su patrimonio cultural e identidad.

 

SALA Nº1: Medioambiente del Litoral desértico: Flora y Fauna. (10.000 – 7.000 antes del presente)

El ambiente de Antofagasta presenta rasgos típicos del desierto costero, esto es, con muy poca precipitación, alta humedad relativa del aire, frecuente nubosidad y temperaturas moderadas. La corriente fría de Humboldt permite que el mar que baña nuestra costa sea rico en nutrientes y pródigo en fauna pelágica y bentónica. Las especies cercanas al litoral se denominan “pelágicos”, en tanto aquellos que se desarrollan más cerca de los fondos marinos se denominan “bentónicos”, y su variedad está relacionada con su adaptación a condiciones de alta presión y baja luminosidad, y el tipo de alimentación disponible en la profundidad.

 

Sala Nº 2 Los primeros antofagastinos: Arqueología ancestral (11.000 – 4.000 antes del presente)

Hace 11 mil años desde el presente (A.P.), grupos de pescadores, cazadores y recolectores se asentaron en la costa de Antofagasta. En esa época el mar se ubicaba 10 km más adentro del actual. En el asentamiento de “Las Conchas” o “Chimba 13”, junto a la Cordillera de la Costa, se encontró un enterratorio con los restos de un hombre adulto; representante de aquellos primeros pobladores que desaparecieron hace unos 9 mil años.

Los habitantes de estos asentamientos fabricaron herramientas y artefactos de piedra, hueso y conchas. Posteriormente, se ha encontrado piezas geométricas y utensilios simbólicos de carácter ceremonial.

 

Sala 3.- Cultura material y espiritual de los primeros habitantes de la costa (6.000 – 4.000 antes del presente)

Los nuevos habitantes llegados hace 6 mil años desarrollaron nuevas condiciones adaptativas y están mejor dispuestos para aprovechar el medio marino. Desde entonces las agrupaciones humanas que se asientan en el litoral, se ubican cerca de fuentes de agua dulce. Estos caseríos se caracterizan por la acumulación de conchales, es decir, grandes depósitos de valvas, huesos, plumas, artefactos e instrumentos desechados, en torno a fogones, basurales y, en ocasiones, enterratorios humanos.

 

Sala 4.- Intercambios y creencias entre costa y valles andinos (3.000 antes del presente)

Hacia el año 3.000 a.C. surgen los asentamientos habitacionales transitorios, algunos de ellos con recintos funerarios anexos. Con el inicio del periodo agro alfarero, hacia 1.000 a.C. surge, en el interior de la región, la modalidad de los enterramientos en túmulos. Estructuras funerarias consistentes en acumulación de materiales en capas superpuestas que sobresalen del nivel del suelo. Al mismo tiempo, la producción de alimentos aumenta y el intercambio fue cada vez más frecuente, principalmente con comunidades del interior. Así en algunos lugares costeros se advierte la presencia de cerámica monocroma y tejidos policromos del interior, como también componentes dietéticos foráneos como el algarrobo y el maíz.

 

Sala 5: Los legendarios Changos y su encuentro con los europeos. (Siglos XV – XVIII)

La acumulación de experiencias adaptativas y el conocimiento del medio ambiente alcanzado por los habitantes de la costa, permitió ampliar el espacio oceánico como fuente de recursos. Ello fue posible gracias al empleo de la balsa de lobo marino inflada, cuya existencia está confirmada alrededor del 200 d.C. Este invento facilitó ampliar el radio de acción y la movilidad en la captura de peces, hasta entonces inalcanzable. Los habitantes de la costa en esta época reciben distintas denominaciones: algunos los llaman Uros pescadores, desde 1579 Camanchacas, en el siglo XVII se habla de Proanches y posteriormente, Changos o Chiangos.

 

Sala 6: Cobija y los pioneros del desierto de Atacama (1825 – 1866)

Tras la Independencia del Imperio español, nace la República de Bolivia, creada por Simón Bolívar en 1825 quien otorga a Cobija el nombre de puerto “José de La Mar”, en honor a uno de los héroes de la Independencia de Sudamérica. Hacia 1860, Cobija tenía 5.000 habitantes, una veintena de manzanas y un dinámico comercio. Destaca la Casa mercantil de José María Artola y Manuel Ruiz. En la primavera de 1866 los chilenos Juan López y José Ossa, oriundos de Copiapó, salen de Cobija y se asientan en Caleta “La Chimba” o “Peña Blanca”, uno explota minas de cobre y, el otro, descubre caliche en Salar del Carmen, originándose así el poblamiento de Antofagasta.

 

Sala 7: Los origenes de la ciudad de Antofagasta y la ocupación chilena. (1866 – 1891)

Tras el poblamiento de "La Chimba" la localidad es fundada el 22 de octubre de 1868, ubicando en el cerro más visible de la bahía la figura de un ancla. En 1869, el poblado es bautizado Antofagasta y en 1872 se crea la Junta municipal que presta servicios de aseo, ornato y seguridad a los vecinos, mayoritariamente chilenos y extranjeros. En febrero de 1879, debido al remate la Cía. de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta, tropas chilenas ocupan el puerto, pues no se ha respetado el tratado de 1874.

 

Sala 8: Los ciclos de la riqueza regional

La historia económica de Antofagasta reconoce en el territorio cuatro grandes ciclos productivos: guano, plata, salitre y cobre. Cada uno de ellos ha potenciado el crecimiento de la ciudad y el desarrollo del puerto. El descubrimiento de guano en Mejillones en 1862 permite habilitar dicho puerto y Juan López se asiente luego en La Chimba. En 1870 con el hallazgo del mineral de plata en Caracoles, Antofagasta será el puerto de entrada y salida del mineral. En 1900 con la tecnología y el capital extranjero, se explota a gran escala salitre y el cobre en varios cantones de la pampa y Chuquicamata.   

 

Sala 9: La ciudad durante el novecientos: cotidianeidad y sociabilidad (1891 – 1930)

En 1900 el crecimiento de la ciudad será acelerado y de gran desarrollo urbanístico. La ley municipal vigente desde 1891 permite el progreso de Antofagasta, brindando más equipamientos y servicios urbanos modernos, nuevos sectores poblacionales y áreas verdes de recreación saludable, destacando parques, balnearios y el Estadio Municipal. De este modo la ciudad mejora la calidad de vida de los habitantes en materia de transporte, comunicación y entretención, promoviendo la sociabilidad en paseos y plazas, clubes deportivos y al aire libre.

 

Sala 10: Instituciones públicas y entretenimientos privados en Antofagasta (1900 – 1950)

El nuevo Mercado Municipal, anexo a la Plaza Sotomayor, ofrece un servicio ordenado e higiénico. El resto del comercio local inaugura grandes almacenes y tiendas, organizando la Cámara de Comercio en 1924. El esparcimiento citadino ofrece variados atractivos, compartir en clubes sociales y colectividades extranjeras. Asistir a quintas de recreo, paseos a la playa, excursiones a “La Portada” y las quebradas La Chimba y Carrizo. También pasear por Plaza Colón, avenida Brasil o divertirse en El biógrafo y Club Hípico.

 

Sala 11: La identidad antofagastina: rostros y paisajes citadinos

La identidad antofagastina desde su origen ha sido un La identidad antofagastina desde su origen ha sido un crisol de nacionalidades, una sociedad multicultural, cuyo origen remonta a los pueblos costeros, los Camanchacas, quienes habitan caletas, hoy puertos del litoral. A mediados de siglo XIX distintas oleadas de inmigrantes han llegado a la bahía La Chimba, repoblando el lugar. Desde entonces han llegado bolivianos y chilenos, otros latinoamericanos, europeos y asiáticos. Hoy Antofagasta es una urbe cosmopolita, dinámica y progresista.